“Ustedes son como la levadura, presencia escondida que cambia”: Cardenal Grech a las CEBs de San Pedro Sula”
Un territorio eclesial estructurado desde las comunidades eclesiales de base, como entramado fundamental de un modo de ser iglesia”
“El cardenal escuchó siete testimonios, las oraciones y tres preguntas. Habló únicamente quince minutos. Es un pequeño milagro que la jerarquía guarde silencio, para guardar las palabras del pueblo de Dios”
“Ustedes son un laboratorio de eclesialidad” dijo el cardenal Grech a las CEBs reunidas
“Hay levadura haciendo crecer la masa. Lo he visto en Honduras. Hay un pueblo creyente organizado. Hay un jerarca de esa institución que no propone tribunales, aunque algunos lo pidan”
Francisco Bosch, coordinador continental de procesos formativos de las CEBs
Acaba de caer un gran aguacero sobre el asfalto de San Pedro Sula. Conocida por su violencia, sus maquilas y su migración del campo hondureño a la ciudad, esta ciudad recibe el día seis de agosto al Cardenal Mario Grech.
Entran al salón, el obispo Angel Garachana y Mario Grech, sin grandes atuendos, sin llamar la atención. Dentro, cientos de laicas y laicos esperan. Una diócesis que ha realizado un gran proceso de escucha sinodal, lo cual llamó la atención de Roma. Y un dato relevante: un territorio eclesial estructurado desde las comunidades eclesiales de base, como entramado fundamental de un modo de ser iglesia.
El encuentro duró dos horas. Vale la pena cuantificar la relación palabra-escucha, en la jerarquía: el cardenal escuchó siete testimonios, las oraciones y tres preguntas. Habló únicamente quince minutos. Es un pequeño milagro que la jerarquía guarde silencio, para guardar las palabras del pueblo de Dios.
Si ese modo de estar-en-medio-del-pueblo se vuelve costumbre, podremos poner la mirada en lo fundamental: los procesos de fe y organización en la base. Allí la mayor sorpresa: en esta diócesis, se ha sobrevivido a dos huracanas, a la violencia y a la pandemia, y se ha hecho, multiplicando las comunidades eclesiales de base.
Las CEBs eran unas 600 en plena pandemia, y en la salida de la peste y con el proceso sinodal, han llegado a 1116, en este momento. Un milagro popular de organización y fe.
Fue muy potente escuchar a las laicas y laicos contar como buscaron caminos, mezclaron virtualidad y presencialidad, para realizar la escucha del sínodo, y así fortalecer su proceso eclesial. La excusa del sínodo de sinodalidad para consolidar comunidades de escucha en la base resulta de una luminosidad enorme. Hasta aquí, lo fundamental.
Al terminar la escucha, tomó la palabra el cardenal. Habló de modo sencillo. Su mini predica fue casi un eco del concilio Vaticano II: aggiornamento para vivir el hoy del evangelio, renovación y conversión, un pedido de salida a las calles y las plazas, un reconocimiento de las capacidades del Pueblo de Dios, que los presbíteros no tienen.
Dejó resonar la pregunta central del documento preparatorio del sínodo (numero 26): En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular?
Y continuó con dos ideas que me retumbaron en la cabeza: “ustedes son un laboratorio de eclesialidad” dijo a las CEBs reunidas. Me quedé pensando en ello: un cardenal de Roma, celebra que lxs de abajo se organicen a su forma, se escuchan y decidan, allí se ‘experimenta’ un nuevo modo de ser Iglesia, a la altura de este tiempo.
Por otro lado, mirando a las CEBs allí reunidas, tomó la parábola de Jesús para decir: ‘Ustedes son la levadura, presencia que cambia’. Lxs hermanxs reunidxs aplaudieron.
Grech no tuvo temor en hablar de ‘un tiempo de transición en la Iglesia, en este cambio de época’. Luego hubo una ronda de tres preguntas, que vale la pena escuchar. Tuve la sensación de que el desafío que se nos viene es enorme: una hermana y un hermano, le pidieron algo más apologético, frente a la secularidad y los valores mundanos, una especie de atisbo cruzado que siempre nos habita. Fue bello ver como el cardenal, desprovisto de hogueras, invitó a aprender de ese mundo, a dialogar con él.
Hay levadura haciendo crecer la masa. Lo he visto en Honduras. Hay un pueblo creyente organizado. Hay un jerarca de esa institución que no propone tribunales, aunque algunos lo pidan. Hay un tiempo propicio para cambiar todo lo que deba ser cambiado, desde abajo.
Hace algunos días, una histórica de las CEBs dijo: ‘tenemos la gracia de haber nacido sinodales en las comunidades de base’. Ahora tenemos la tarea de poner a fructificar esos años de horizontalidad, compromiso y fe.