formacion catequistas

IV FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS

 La Iglesia nunca ha descuidado dar prioridad a la formación de los catequistas

1. Naturaleza y finalidad de la formación de los catequistas

Al comienzo fue de manera vivencial, Testimonial…

  • Especialmente hoy, cambios acelerados, es necesario tomar en serio los desafíos a la catequesis. La formación requiere especial atención.
  • PROCESO. Debe ayudar al catequizado a dar forma, a develar su identidad cristiana, debe ayudar a una profunda transformación de la persona. El catequista debe estar formado para esta tarea.
  • NO ES MERA INSTRUCCIÓN: debe ser una sabia apertura al Espíritu de Dios para ayudarle a conformar a Cristo en los bautizados.
  • DESARROLLO DE HABILIDADES: la formación de los catequistas debe ayudar el desarrollo de habilidades para comunicar la fe y acompañar el crecimiento de los hermanos y sepan animar el camino resaltando la centralidad de Jesucristo.

2. LA COMUNIDAD CRISTIANA, LUGAR PRIVILEGIADO DE LA FORMACIÓN.

  • Es el origen, el lugar y la meta de la catequesis. Es donde nace la proclamación del Evangelio, es quien acoge a aquellos que desean conocer, es donde nace la vocación de la catequesis, es donde se hace la experiencia concreta de la misericordia de Dios, donde se hace el ministerio de acogida y del perdón es donde se testimonia el amor, donde se anuncia y educa, es el lugar por excelencia para la formación del catequista.
  • Es donde los y las catequistas comparten mutuamente el camino de la fe y la experiencia pastoral.
  • Es el contexto real donde todos pueden ser evangelizados.

3. Criterios para la formación

a) Espiritualidad misionera y evangelizadora

El catequista debe ser formado como un discípulo misionero enviado a caminar al lado de sus hermanos. Así se salva del individualismo, intimismo, de la crisis de identidad y de la debilidad en el fervor.

b) Formación integral

los catequistas deben ser maestros-educadores-testigos.

c) Acompañamiento

Deben ser adiestrados en el arte del acompañamiento, deben ser acompañados en el discipulado y enviados a acompañar a sus hermanos.

d) Coherencia

Entre la pedagogía global de la formación y la propia de un proceso catequético-no a la improvisación.

E) Autoformación

Debe siempre estar dispuesto a aprender, dejarse tocar por la gracia, por la vida de las personas, siempre aprender a aprender. Hacer propio un método formativo.

F) Dinámica del laboratorio

La fe se aprende haciendo, valorando lo vivido, las contribuciones y las reformulaciones de cada uno, con miras a un aprendizaje transformador.

4. Las dimensiones de la formación. Introducción

  • La formación debe ayudar al catequista a madurar como persona, como creyente y como apóstol.
  • Las dimensiones que abarca no deben considerarse independientes entre sí sino como una unidad indivisible de la persona para propiciar un desarrollo equilibrado.
  • No se trata de dar a los catequistas competencias sino formarlos como personas que han experimentado el amor de Dios y se ponen al servicio del anuncio del Reino, conociendo sus propios límites, en relación vivía con Dios y con el deseo ferviente de vivir su vida cristiana con autenticidad y generosamente.

Dimensión de ser y saber ser

  • Con madurez humana, cristiana y conciencia misionera. El catequista debe ser formado para ser TESTIGO y CUSTODIO DE LA MEMORIA DE DIOS.
  • El mismo servicio de catequista debe ser la oportunidad para su crecimiento humano y cristiano, en equilibrio afectivo, sentido crítico, unidad y libertad interior, alimentando su espiritualidad interiorizando las exigencias del Reino de Dios.
  • Siempre dispuesto alimentar la COMUNION CON DIOS Y CON LOS MIEMBRO DE LA IGLESIA. Debe crecer siempre en los lazos humanos y eclesiales de manera fraterna y sincera. Siempre en camino de conversión.
  • Debe estar alerta y proteger a los menores y personas vulnerables de cualquier forma de abuso, control y toda actitud que no favorezca la comunión, como el abuso de poder, influencia, económica o sexual.
  • Deben distinguir el fuero interno y el externo de toda persona y su ministerio deben vivirlo como un auténtico servicio para no traicionar la confianza de las personas, deben respetar la sagrada libertad del otro, no violarla ni manipularla de ninguna manera.

Saber: formación bíblica y conocimiento de la persona y del contexto social

En la formación deben conciliarse

  1. El carácter sintético y kerigmático de manera orgánica.
  2. La calidad narrativa del relato bíblico (biblia y tradición).
  3. Estilo catequético de contenidos teológicos.
  4. Conocimiento tipo apologético, sabiendo dar razón de lo que se cree.
  5. Antropología cultural contemporánea.
  6. Sociología, pedagogía, comunicación, sicología…

criterios

– Respetar la autonomía de las ciencias.

– Discernimiento y evaluación de ciencias auxiliares.

– La valiosa contribución de la Revelación a todas las ciencias humanas, la perspectiva de la fe y la antropología cristiana.

SABER HACER: FORMACIÓN PEDAGÓGICA Y METODOLÓGICA

El catequista es un educador que facilita la maduración de la fe que reconoce en el interlocutor a un sujeto activo en el cual actúa la Gracia de Dios.

Actitudes

  1. Libertad interior-gratuidad-generosa entrega y coherencia.
  2. Comunicación asertiva y narrativa de la fe.
  3. Mentalidad educativa, relaciones maduras y capacidad para generar procesos de madurez en la fe.
  4. Afectividad equilibrada.
  5. Capacidad para hacer un plan realista de acción con creatividad, técnicas, evaluaciones.
  6. Paciencia y dedicación.
  7. Estilo de comunión: media la pertenencia a la comunidad.

5. La formación catequética en los seminarios y formación permanente

Espíritu misionero en la espiritualidad.

Formación kerigmática.

Conocimiento profundo del Catecismo de la Iglesia Católica.

Profundizar el Ritual para la iniciación cristiana.

Conocer las orientaciones de su iglesia particular.

Ciencias humanas-Catequesis-Magisterio.

6. Centros de formación

Básica: Con enfoque parroquial, inter-parroquial o diocesano que ofrezca una formación sistemática fundamental (contenidos esenciales)

Centros especializados: dicesano-interdiocesano o nacional para los que prestan el servicio de manera más estable, más exigentes y prolongados de manera que contenga una antropología y teología como tronco común y después ofrecer especializaciones.

Centros superiores: para expertos en catequética a nivel nacional e internacional para presbíteros, diáconos, consagrados (as) y laicos, para formar a profesores de catequética que promuevan la investigación en estas áreas.