Carta del Párroco:
Muchos cristianos piensan estar viviendo su fe con responsabilidad porque se preocupan de cumplir determinadas prácticas religiosas y tratan de ajustar su comportamiento a unas normas morales y unas leyes eclesiásticas.
Asimismo, muchas comunidades cristianas piensan estar cumpliendo fielmente su misión porque se afanan en ofrecer diversos servicios de catequesis y educación de la fe y se esfuerzan por celebrar con dignidad el culto cristiano.
¿Es esto lo que Jesús quería poner en marcha al enviar a sus discípulos por el mundo? ¿Es ésta la vida que quería infundir en medio de los hombres?
Necesitamos escuchar de nuevo las palabras de Jesús para redescubrir la verdadera misión de los creyentes en medio de esta sociedad. Así recoge el evangelista Mateo su mandato: «Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido. Dad gratis».
Nuestra primera tarea también hoy es proclamar que Dios está cerca del hombre, empeñado en salvar la felicidad de la humanidad. Pero este anuncio de un Dios salvador no se hace a través de discursos y palabras sugestivas. No se proclama por la radio ni se difunde desde la pantalla del televisor. No se asegura sólo cn catequesis ni clases de religión.
Sólo hay una manera de proclamar a Dios: Trabajar gratuitamente por infundir a los hombres nueva vida.
Curar enfermos, es decir, liberar a las personas de todo lo que las paraliza, les roba vida y hace sufrir. Sanar el alma y el cuerpo de todos los que se sienten destruidos por el dolor y angustiados por la dureza despiadada de la vida diaria.
Resucitar muertos, es decir, liberar a las personas de todo aquello que bloquea sus vidas y mata su esperanza. Despertar de nuevo el amor a la vida, la confianza en Dios, la voluntad de lucha y el deseo de libertad de tantos hombres y mujeres en los que la vida se ha ido muriendo.
Limpiar leprosos, es decir, limpiar esta sociedad de tanta mentira, hipocresía y convencionalismo. Ayudar a las gentes a vivir con más verdad, sencillez y honradez.
Arrojar demonios, es decir, liberar a las personas de tantos ídolos que nos esclavizan, nos poseen y pervierten nuestra convivencia.
Allí donde se está liberando a las personas allí se está anunciando a Dios.
Freternalmente
Pbro. Luis Fernando Sotelo Anaya
Párroco
Aviso:
Una de las necesidades graves de la parroquia es la de “Dar formación a los agentes de pastoral y a toda la comunidad en general”. Tenemos que conocer nuestra fe. La Dimensión para evangelización y catequesis (Didec) año con año iniciamos un curso básico para instruir y formar agentes de pastoral (Ceficap) y en el verano hay un curso intensivo, este año iniciamos el 3 de Julio al 15 de Julio por la mañana de 8:00 am a 1.00 pm. Inscripciones del 15 al 17 de Junio