9 mayo, 2021

Por lo general, hablamos del amor como si supiéramos lo que es. Las personas aman, dejan de amar, buscan amor, cambian de amor. Pero, ¿qué es en realidad el amor? ¿Cómo es y cómo se vive el verdadero amor? Cada uno encierra en esta palabra su propia experiencia. Pero, ¿se le puede a cualquier cosa llamar «amor»?

Ya B. Pascal advertía de algo que después se ha llamado «el autismo del amor»: Yo digo que amo a tal persona, pero la amo en tanto que la experimento en mí mismo como dotada de belleza, de simpatía o inteligencia, de fidelidad y de afecto hacia mí.

Por eso, fácilmente puede suceder que lo que yo amo de verdad no sea a la otra persona, sino las experiencias positivas y gozosas que esa persona produce en mí. En realidad, no amo a la persona que digo querer tanto. Amo lo que de ella recibo. Por este camino puedo terminar amando sólo a aquellos que me aman, pues, en el fondo, solo me amo a mí mismo. Los grandes «amantes» de las revistas del corazón son, casi siempre, personas «autistas». Si aman, dejan de amar o cambian de amor es porque solo saben amarse a sí mismos y amar su propio bienestar.

El riesgo de vivir el amor de forma «autista» ha crecido notablemente en una sociedad donde tanto se exalta «lo útil» y «lo agradable». Los penetrantes análisis de Max Scheler llevan a una conclusión: «Lo agradable es el valor fundamental.» Las cosas y las personas interesan en la medida en que producen satisfacción y bienestar. Si la relación con una persona ya no resulta agradable, ¿por qué no sustituirla por otra?

Esta falsificación del verdadero amor se enmascara a veces bajo un lenguaje progresista. Se dice que hay que ser persona «liberada»: yo soy dueño de mi cuerpo y de mi afectividad; amo a quien quiero, como quiero y hasta que quiero. Pero, ¿es realmente libre el que solo es capaz de buscar su propia satisfacción?

Otras veces, se exalta la «sinceridad de los sentimientos» por encima de la hipocresía social. No tiene sentido exigir compromisos firmes y estables; hay que estar abiertos a nuevas experiencias. Pero, ¿es un progreso la inestabilidad de la pareja, la trivialización del encuentro sexual o el juego de la aventura amorosa? ¿Hay más verdad en esa búsqueda hábil del propio disfrute?

Nosotros podemos llamarle «amor» a cualquier cosa. Pero lo cierto es que, donde hay amor, hay entrega generosa, respeto, cuidado del otro, fidelidad, perdón, ternura compartida. Quien se siente cristiano sabe, además, que su amor puede y debe inspirarse en el estilo de amar de Jesús. Nos lo recuerdan sus palabras: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado.»

Fraternalmente
Pbro. Luis Fernando Sotelo Anaya
Párroco

 

Aviso:

+ El próximo 10 de Mayo estarán abiertas el Columbario (Nichos) de 9:00 am a 12:00 pm y de 4:00 a 6:00 pm. Lo haremos con los protocolos de higiene y en pequeños grupos por breve tiempo, todo esto con el fin de cuidar nuestra salud.

+ Nos quedan 200 boletos de la barbacoa que colocar para antes del 23 de Mayo y poder seguir con la re-contrucción de nuestro Templo Parroquial.