23 diciembre, 2021

Jesús, envió su Iglesia al mundo para que como iglesia samaritana continuase su obra y su misión salvadora y además para que ella permaneciese en el mundo, como nos decía el Papa Pablo VI, como el “signo opaco y luminoso” de la nueva presencia y permanencia de Jesús, Gran Samaritano, convirtiéndose ella en la Gran Samaritana.

Hoy, una Iglesia encerrada en sí misma y en sus problemas y preocupaciones y de espaldas a las preocupaciones y el sufrimiento de los hombres de hoy, sería infiel a su propia razón de ser y su finalidad, y que en vez de hacer presente y como visible a Jesús hoy, Gran Samaritano, lo ocultaría, lo velaría o lo desfiguraría.

La Iglesia de Hermosillo y nuestra parroquia San Juan Bosco quieren ser una iglesia samaritana, abierta y preocupada por los problemas, inquietudes y sufrimientos de los hombres de hoy. Una Iglesia que escucha, que dialoga con el mundo, jóvenes y adultos del siglo XXI, una Iglesia que acompaña en el camino, que cuida y cura las heridas de los que sufren, es decir, una Iglesia samaritana que nos está presentando una semana si y otra también el Papa Francisco con sus palabras, actitudes y comportamientos.

Tú y yo somos Iglesia, hijos de la Madre Iglesia Samaritana y estamos llamados a ser samaritanos anónimos que no den rodeos, sino que se detienen en el camino, que se acercan, que escuchan y comparten haciendo presente y “como visible” a Jesús hoy.

Con este pequeño, pero sugerente gesto de entrega de despensas y “cenas navideñas” preparadas a los más pobres de nuestra comunidad ha sido un enriquecimiento para nuestra parroquia y una muestra del cariño de Dios con los más débiles. Gracias a todos los que lo hicieron posible.
P. Fernando Sotelo Anaya


ENTREGA CENA NAVIDEÑA